En el relato bíblico de Job 2:1-10, nos encontramos con un hombre llamado Job, cuya vida se convierte en un testimonio poderoso de fe, integridad y confianza en Dios. A pesar de enfrentar pérdidas devastadoras, Job se mantiene firme en su devoción y se niega a maldecir a Dios. Su ejemplo nos desafía a considerar cómo enfrentamos las pruebas y a mantener nuestra integridad incluso en medio del sufrimiento. Acompáñame mientras exploramos las profundas lecciones que podemos aprender de la historia de Job.
Job 2:1-10 Tuit
Echando raíces profundas en el amor de Dios (Ef. 3:14-21)
El paso de aceptar a Jesús como Nuestro Señor y Salvador inicia en nosotros una vida nueva, una experiencia transformadora y un crecimiento espiritual en el ser interior por medio de su Espíritu.
Orando por crecimiento espiritual.
Pablo ora doblando rodillas por los hermanos, por la Iglesia; deja a un lado su condición, su problema de estar preso en Roma y pone como prioridad interceder por la unidad esencial del cuerpo de Cristo. Una iglesia tanto de judíos como de gentiles fortalecida en el Señor.
Que tremenda enseñanza de poder orar por otros aun cuando nosotros mismos estemos atravesando pruebas. Pablo se interesa por la condición espiritual de sus hermanos, para que Cristo habitara en sus corazones como resultado de creer en él (Ef.3:17).
Tener el hombre interior fortalecido por el Espíritu es tener los sentimientos, pensamientos y propósitos puestos cada vez más bajo su influencia y dirección, para que el Espíritu pueda manifestar su poder por medio de los creyentes en mayor medida. El propósito de este fortalecimiento es que los creyentes:
- Disfruten de la presencia de Cristo en el corazón.
- Sean establecidos en el amor sincero a Dios, a Cristo y a los demás.
- Comprendan y experimenten el amor de Cristo por ellos.
- Sean llenos de toda la plenitud de Dios, es decir, tan llenos de la presencia de Dios que reflejen desde su ser interior el carácter y la medida del Señor Jesucristo.
Echando raíces profundas en el amor de Dios.
Si pensamos en un árbol común y vemos la función que la raíz tiene de darle sostén y fijación al mismo. También de absorber, conducir y almacenar las sustancias para que la planta pueda realizar sus debidas funciones, florecer y dar fruto. Podemos decir que importante es tener raíces profundas para que este árbol se mantenga fuerte.
Así sucede en nuestra vida espiritual; entre mas cerca estemos de Jesús, en una relación íntima, en el conocimiento de su inmenso amor; crecemos espiritualmente y damos fruto a su debido tiempo, como dice la palabra “cuando producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos discípulos. Eso le da mucha gloria a mi Padre” (Jn.15:8).
Mucho mas
Pablo dice que Dios puede hacer más de lo que nosotros pedimos o pensamos. Dios hará por sus hijos no solo más de lo que piden o desean en oración, sino aún más de lo que pueda percibir su imaginación. Esa promesa depende de hasta qué punto la presencia, el poder y la gracia del Espíritu Santo obran en su vida.
Al final la única respuesta apropiada a este gran Dios es darle gloria.
Que usted y yo podamos crecer espiritualmente, echando raíces profundas en el conocimiento del amor de Cristo, fortalecidos por el Espíritu para una vida llena de toda la plenitud de Dios.
Estas creciendo espiritualmente?
Oremos