En el relato bíblico de Job 2:1-10, nos encontramos con un hombre llamado Job, cuya vida se convierte en un testimonio poderoso de fe, integridad y confianza en Dios. A pesar de enfrentar pérdidas devastadoras, Job se mantiene firme en su devoción y se niega a maldecir a Dios. Su ejemplo nos desafía a considerar cómo enfrentamos las pruebas y a mantener nuestra integridad incluso en medio del sufrimiento. Acompáñame mientras exploramos las profundas lecciones que podemos aprender de la historia de Job.
El Señor nos restaura (Job 42: 1-15)
En este último capítulo, Job responde a Dios con absoluta humildad y sumisión a su revelación.
Dios todo lo puede y nadie lo puede detener.
Esta maravillosa declaración de Job evidentemente estaba conectada con la impresionante demostración del poder y la fuerza de Dios sobre la creación; pero también estaba conectado con el consuelo que el sentido de la presencia de Dios trajo a Job. Ciertamente, Dios todo lo puede, incluso brindarle consuelo y seguridad a Job, incluso cuando Job todavía no entendía el origen o el significado de su crisis.
De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Job había orado antes para ver a su redentor (Job 19:27), ahora se había cumplido ese anhelo. La palabra y la presencia de Dios le dieron a Job una revelación más amplia de sus caminos y su carácter. Mediante esta experiencia personal, Job quedo transformado por una sensación de perdón, una renovada confianza en la bondad de Dios y una tranquilizadora experiencia de su amor. Le dio a Job lo que tanto deseaba saber, que Dios estaba con él en su crisis. Esta maravillosa presencia de Dios ha humillado a Job.
Tenemos un Dios que nos restaura.
La restauración de Job se da en el momento que se humilla y arrepiente delante del Señor (Job 42:6); ahora Dios utiliza a Job para restaurar a sus amigos también (Job 42:9). Dice la palabra que cuando Job oro por sus amigos, el Señor le restauro su bienestar y le da el doble de lo que antes tenia (Job 42:10). Dios fue lo suficientemente bueno para restaurarle la riqueza a Job, aunque Job nunca pidió esto. La agonía de Job siempre estuvo más arraigada en los aspectos más espirituales de su crisis, mucho más que en lo material. Sin embargo, una vez que se resolvió lo espiritual, Dios restauró lo material.
Al principio de la historia de Job encontramos a un hombre bendito y piadoso; al final del Libro de Job encontramos a un hombre más bendecido y piadoso. Al final, todo el ataque de Satanás sirvió para hacer de Job un hombre más bendecido y piadoso.
La reconciliación de Job con Dios y la vida abundante que recibió de Él, pone de relieve que, sin importar que penas o aflicciones deban sufrir los fieles, en el debido tiempo de Dios, el extenderá su mano para ayudar a los que perseveran y les dará total sanidad y renovación. Como dice Stg 5:11b “Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”. RV60
Toda persona que permanece fiel a Dios en medio de las pruebas y aflicciones de esta vida finalmente llegara a aquel estado alegre y bendecido en que disfrute de la presencia de Dios por toda la eternidad. Dice la palabra del Señor “En su bondad, Dios los llamo a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá y los afirmara sobre un fundamento sólido” (1 Pe:5:10) NTV.
Como respondes a esta palabra? Como la aplicaras a tu vida?
Oremos
