“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mi fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librara de toda obra mala, y me preservara para su reino celestial. A El sea gloria por los siglos de los siglos. Amen” RV60
“Josué es designado como sucesor de Moisés” Núm. 27:12-23
Dios le permite ver a Moisés la tierra prometida.
Aunque Moisés no iba a entrar a la tierra prometida; Dios iba a permitir ver la tierra que les había prometido. Dios cumple sus promesas.
Levantando un liderazgo confirmado por Dios.
Moisés le pide al Señor que nombre a un nuevo líder. El Señor confirma a Josué. El mismo que había dirigido el ejército de Israel contra los amalecitas (Éx.17:8-16, ayudó a Moisés en el tabernáculo después del desastre del becerro de oro (Éx.33:7-11), fue uno de los dos espías llenos de fe del total de doce que espiaron la tierra de Canaán (Núm.13:30-14:38). Josué era varón en el cual hay espíritu, la cualidad más importante de todas. El Espíritu Santo le daría poder y lo capacitaría para cumplir el desafiante papel de guiar a la nación hacia Canaán.
Levantar un líder toma tiempo. De todas las formas que Moisés mostro su liderazgo, una de las más estratégicas tiene que ser su entrenamiento de Josué. Le dedico tiempo, información, un entorno de aprendizaje, una oportunidad para probarse a sí mismo y una fuerte creencia en su futuro.
La interacción entre Moisés y Josué demuestra que reproducir lideres no es un proceso rápido y simple. Requiere tiempo, inversión de tiempo y sacrificio.
La oración fue contestada inmediatamente y no sólo tuvo la satisfacción ya referida de nombrar a su sucesor, sino, lo que era mucho más importante para Moisés, la de saber que aquel así nombrado era el hombre de la propia elección de Dios.
Moisés muestra obediencia al final de sus días.
Ya cercano a su muerte, Moisés obedece al Señor; presentándole públicamente e imponiendo las manos sobre Josué.
Presentaba a Josué ante todo Israel como el próximo líder, el que debía esperar seguir como el líder designado por Dios.
No hay reclamos de parte de Moisés ante la decisión del Señor. Obedeció lo que el Señor le mando.
Que sea esa nuestra actitud de obedecer a nuestro Señor toda nuestra vida y poder comprometernos a levantar una nueva generación de lideres dedicándole tiempo y que como Josué sean confirmados por el Señor para la obra que el les ha encomendado.
Oremos.
