El Padre celestial no tiene favoritos

Pastor Julio Bolivar
Pastor Julio Bolivar

“por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que el ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a el le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo”.

El Padre celestial no tiene favoritos (1Pe 1:17-25)

Ha sido usted rechazado alguna vez?  O atravesado una situación en la que se favoreció a una persona afectándose usted por esa decisión?

Como llego a sentirse?

La buena noticia es que nuestro Padre celestial no tiene favoritos o como dice otra versión de la Biblia, sin acepción de personas (1Pe 1:17). Es un Dios justo que nos ama a todos por igual.

Esta palabra se la dio el Señor a Pedro, uno de los discípulos que camino junto a Jesús en su peregrinación por esta tierra. Si alguien podía confirmar que Dios no tiene favoritos es precisamente Pedro, tuvo tantas experiencias con Jesús; fue confrontado, lo negó, fue edificado y restaurado; formo parte de ese círculo cercano al Señor que alguno podría decir que hasta podía ser uno de sus favoritos.

Pero nuestro Señor Jesucristo les dejo claro su opinión en este tema “pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá convertirse en esclavo. Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos” Mt 20:26 -28 NTV.

Pedro escribió esta epístola de alegre esperanza para dar a los creyentes una perspectiva divina y eterna sobre su vida terrenal, y una guía práctica a quienes ya se veían sometidos a la prueba de fuego del sufrimiento de los seguidores de Cristo en un ambiente pagano.

Alegre esperanza en Jesucristo.

Esta esperanza es la que iba a sostener a los creyentes de los tiempos de Pedro, y la que nos sostiene hoy a nosotros. Recordando que somos especiales para el Señor, no nos tiene en poco; sino que somos considerados sus hijos por su voluntad; que pago un rescate para salvarnos de la vida vacía que teníamos antes de conocer a Nuestro Señor Jesucristo.

Este rescate no fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor, sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha (1Pe 1:19).

Que las pruebas y sufrimientos que podemos tener son temporales, como nuestra residencia de este lado del cielo, y que debemos amarnos unos a otros como hermanos, con amor sincero (1Pe 1:22).

La promesa de una vida que durara para siempre.

Y el Señor ha prometido una nueva vida que durara para siempre, porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios; la cual dice el Señor permanece para siempre (1Pe 1:23-25).

En conclusión regocijémonos en el Señor que no rechaza ni tiene favoritos; sino que envió a su Hijo Jesucristo para que pagara en la cruz del calvario por todos nuestros pecados y nos diera vida eterna. Fue un rescate pagado con su sangre preciosa y el cual nos da hoy esperanza.

Esperanza para pasar las pruebas y sufrimientos que son temporales por una vida eterna conforme a lo escrito en la palabra viviente de Dios.

Oremos.

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