“por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que el ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a el le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo”.
La obra del Espíritu Santo (Ro 8:9-17)
Es esencial que los creyentes reconozcan la importancia del Espíritu Santo en el plan redentor de Dios. Muchos de los creyentes no tienen idea de lo diferente que seria todo si no hubiera Espíritu Santo en este mundo. Sin el Espíritu Santo no habría creación, ni universo, ni raza humana. Sin el Espíritu Santo no habría Biblia (2 Pe 1:21), ni Nuevo Testamento, ni poder proclamar el Evangelio (Hch 1:8). Sin el Espíritu Santo no habría fe, ni nuevo nacimiento, ni sanidad ni creyente alguno en el mundo.
El Espíritu Santo es una persona.
Las escrituras cuando hablan del Espíritu Santo lo presentan con características de una persona; con capacidad de pensar (Ro 8:27), tiene conocimiento y entendimiento (1ª Co 2:10-11); tiene una voluntad y actúa de acuerdo con un plan (1ª Co 12:11), tiene sentimientos (Ef. 4:30), el se comunica y habla con los seres humanos (Heb 3:7; Ap. 2:7).
El Espíritu Santo es Dios.
El Espíritu Santo es una persona divina (Hch 5:3-4); igual al Padre y al Hijo. Por eso decimos que es la tercera persona de la Trinidad.
Las tres personas no obran independientemente la una de la otra (Mt 3:15-17). Cada una de las personas en la deidad obra hacia el mismo propósito (1ª Co 12:4-6). En la creación están actuando las tres personas juntas (Gn 1:26).
La obra del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento.
Como vemos se le presenta en su actuación en la creación, sostenimiento y control del universo (Sal 104:30; 139:7). Lo vemos actuando sobre seres humanos capacitándolos (Dios dice a Moisés: “mira yo he llamado…a Bezaleel…y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte” Ex 31:2-3). También descendía sobre individuos, otorgándoles el don profético (Balaam, David “El Espíritu de Jehová ha hablado por mi y su palabra ha estado en mi lengua – 2 Sa 23:2). Estas acciones del Espíritu Santo sobre individuos eran tenidas como algo excepcional y poco frecuente, pero Dios prometió que vendría un día cuando esto seria mas universal (“…derramare de mi Espíritu sobre toda carne” Jl 2:28).
La obra del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.
Antes del Pentecostés.
Dios en su gran y perfecto amor permitió la venida del Espíritu Santo sobre ciertas personas escogidas, antes del derramamiento que vino en el aposento alto.
Ejemplo: El Espíritu Santo vino sobre la virgen María (Luc 1:35); vino sobre Elizabet (Luc. 1:41), vino sobre Simeón el justo y piadoso que presento a Jesús en el templo (Luc. 2:25-26); el Espíritu Santo revistió a Jesús para desarrollar su ministerio (Luc. 3:21-22), el Espíritu Santo a través de su trascendencia y manifestación sobrenatural resucito a Jesús de entre los muertos (Ro 8:11).
El día de Pentecostés
En aquel día (Hch. 2:4-8), el Espíritu Santo doto de poder para ser testigos a los 120, para llevarlos a vivir una vida victoriosa, para que sus vidas fueran una prueba innegable de la realidad de Cristo. Desde ese momento en adelante la iglesia primitiva debería dar testimonio tanto en palabras como en acción.
La obra del Espíritu Santo hoy.
- Convence de pecado y lleva al arrepentimiento (Jn 16:8-9).
- Da al creyente la seguridad de la salvación. (Ro 9,14-16)
- Da los dones espirituales (1ª Co 12:1, 4-11)
- Es el Espíritu Santo quien nos guía (Jn 16:13)
- El Espíritu Santo también intercede por nosotros y es quien nos ayuda a orar. (Ro 8:.25-27)
Es notable que la vida cristiana se origina, continua y es constante por la obra del Espíritu Santo. No podemos experimentar el total de la plenitud de la vida en Cristo sin la intervención del Espíritu Santo en nosotros.
Esta viviendo su vida bajo el control del Espíritu Santo?
Como aplicaras esta palabra en tu vida?
Oremos.
