“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mi fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librara de toda obra mala, y me preservara para su reino celestial. A El sea gloria por los siglos de los siglos. Amen” RV60
“La comunión del hijo con el Padre” Jn 5:19-23
Para todo cristiano es importante que conozcamos los principios de nuestra fe; el conocer a Jesús; Nuestro Salvador y establecer una relación personal con El.
El evangelio según San Juan es único entre los cuatro evangelios porque revela más a fondo el misterio de la personalidad de Jesús. Tiene el propósito de fortalecer los fundamentos de la fe a fin de que los creyentes siguieran creyendo a pesar de la falsa enseñanza, y así entraran en plena comunión con el Padre y el Hijo.
Reflexionando ante este pasaje en especial, Jesús había sanado al paralitico de Betesda (Jn 5:1-18), fue cuestionado por los lideres judíos, porque el milagro había sido en el día de reposo y además decía que Dios era su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios. Por ello, los lideres judíos se esforzaron aún más por encontrar una forma de matarlo (Jn 5:18).
Lo que Jesús estaba diciendo era cierto, pero no comprendido por los lideres judíos. Él les responde con puntos claros de la autoridad y la comunión estrecha entre el Padre y el Hijo.
No puede el Hijo hacer nada por sí mismo: Jesús, Dios el Hijo, no hace nada independientemente. No puede el hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre (Jn 5:19). Él está completamente sometido a la voluntad del Padre. Pero Su sumisión es voluntaria, no por coerción o por una naturaleza inferior. El Hijo tiene el modelo del Padre.
El Padre ama al Hijo y le enseña. Hay un vinculo de amor y muy fuerte entre el Padre y el Hijo; le muestra todas las cosas que El hace (Jn 5:20).
El Hijo a los que quiere da vida: El Hijo tiene el mismo poder que el Padre, incluyendo el poder para levantar a los muertos.
Todo el juicio dio al Hijo: El Hijo tiene la misma autoridad que el Padre, incluyendo la autoridad de juzgar todo. Esta es una prerrogativa de Dios únicamente, y otra demostración de la deidad de Jesús.
Hay que honrar al Hijo como se honra al Padre. Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
Nuestro Señor Jesucristo demostró con hechos y palabras que el Hijo y el Padre son uno; tienen un vínculo, una unidad, una conexión eterna. Es parte de la Trinidad; Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo.
Los lideres judíos no lo entendieron, como hoy muchos todavía no lo entienden; pero los que creen en Jesús tienen esta promesa; cuando orando por sus discípulos, también oraba por los que habían de creer por la palabra de ellos, y le pedía al Padre “para que todos sean uno, como tú, Oh Padre en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste” (Jn 17:21). La comunión que esta con el Padre y el Hijo; es la comunión que Cristo quiere tengamos con El. Sus promesas son verdad y están al alcance de nosotros si le creemos y buscamos tener esa cercanía, esa unidad con El.
¿Como vas a aplicar esta palabra en tu vida?
Oremos.
