Cuando Dios nos hace una promesa debemos responder con optimismo

Julio Bolivar
Pastor Julio Bolivar

“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mi fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librara de toda obra mala, y me preservara para su reino celestial. A El sea gloria por los siglos de los siglos. Amen” RV60

Cuando Dios nos hace una promesa debemos responder con optimismo. Núm. 14:30-38

Jehová hablo a Moisés diciendo: envía tú, hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel, de cada tribu de sus padres enviareis un varón, cada uno príncipe entre ellos. Núm.13:1-2. Así hizo Moisés, ellos subieron y reconocieron la tierra; volvieron y dieron su informe a Moisés y toda la congregación. Núm. 13:27.

El informe de 10 de los 12 espías no fue bueno, aunque reconocían que fluye leche y miel y grandes frutos daba la tierra; veían que ese pueblo era fuerte con ciudades grandes y fortificadas. Vieron hombres de gran estatura. Los otros dos espías; Caleb y Josué lo vieron diferente, vieron una oportunidad de tomar posesión de la tierra, porque mas podremos nosotros que ellos, dijo Caleb. Num 13:28-30.

El pueblo decidió creer lo que la mayoría decía y se quejaron contra Moisés y querían apedrear a Caleb y Josué. Jehová interviene y castiga a Israel de modo que esa generación no iba a ver la tierra prometida, solo Caleb, Josué y los hijos de esta generación rebelde. Num 14:26-35.

Que podemos aprender de este pasaje:

  • La pasada fidelidad de Dios a su pueblo no llevaron a esos diez hombres a una relación de lealtad con El.
  • Ellos no confiaron en Dios y sus promesas en cuanto a su futuro. Su falta de fe estaba en marcado contraste con la fe de Caleb y Josué.
  • Cuando una generación desobedece y no escucha la voz de Dios, se levanta una nueva generación de adoradores y gente que alabe y sirva a Nuestro Señor.
  • Debemos poner nuestra fe en las promesas de Dios, en lugar de concentrarnos en las difíciles circunstancias que enfrentamos.
  • No necesariamente lo que piensa y dice la mayoría es la voluntad del Señor.
  • La desobediencia al Señor nos desvía de sus propósitos y podemos estar dando vueltas en nuestra vida (40 años le tomo al pueblo de Israel llegar a la tierra prometida).
  • La fe no niega la realidad o las dificultades, pero declara el poder de Dios.

Debemos cuidarnos de la rebeldía y no ser incrédulos como el pueblo de Israel en el desierto. Debemos creer en Dios y aceptar como verdad todo lo que El dice y actuar en consecuencia, vivir dependiendo de sus promesas, andar en sus caminos y amarlo con todo el corazón y toda el alma.

La fe nos da esperanza; y la esperanza nos hace ver las cosas con optimismo.

Dios uso con poder a Moisés para liberar a su pueblo de esclavitud y guiarlo a través del desierto. Hoy nosotros tenemos a Jesucristo, quien nos libero del pecado y nos lleva a vida eterna. Dice la palabra que Jesús es superior a Moisés (Heb 3:3-6); y nos anima a escuchar su voz, sin un corazón endurecido.

La perseverancia en la fe requiere que usted y yo nos acerquemos al Señor por medio de Jesucristo con un corazón humilde.

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