“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mi fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librara de toda obra mala, y me preservara para su reino celestial. A El sea gloria por los siglos de los siglos. Amen” RV60
2ª Ti 4:16-18 RV60 Tuit
Apartados y dedicados totalmente para el Señor. Núm. 6:1-8
Números es la continuación de la historia registrada en el libro de Éxodo. Después de casi un año en el Monte Sinaí, los israelitas se prepararon para continuar su viaje a la tierra que Dios les había prometido por ser descendientes de Abraham, Issac y Jacob.
Dios les iba a acompañar durante este recorrido, sustentándoles y organizando para que entraran a la tierra prometida. Seguía tratando con sus rebeldías a pesar de los milagros y provisiones de Dios. Dentro de este contexto Jehová habla a Moisés para darle las bases para aquellos que se apartasen haciendo voto de nazareo.
Apartados para dedicarse a Jehová.
La palabra Nazareo indica a alguien que fue apartado y dedicado totalmente al Señor. La dedicación podía ser por un periodo especifico o para toda la vida. El que hacia el voto tenía que separarse o abstenerse de ciertas cosas, como vino, sidra, vinagre, licor de uvas, uvas frescas o secas. No se acercaba a una persona muerta. No se cortaba el cabello de su cabeza. Al término de su voto, el nazareo tenía que hacer ciertas ofrendas cuidadosamente estipuladas, raparse luego la cabeza, quemar el cabello y dar un regalo al sacerdote. Sansón fue declarado Nazareo antes de nacer (Jue 13:5). De igual manera Samuel (1 S 1:11) y Juan el Bautista (Luc 1:15). Pablo hizo un voto de Nazareo por un tiempo corto (Hch. 18:18). El voto Nazareo era totalmente voluntario. Estaba destinado a enseñarle a Israel que la total devoción a Dios debe salir en primer lugar del corazón de una persona y luego llegar a expresarse en renunciamiento, manifestación visible y pureza personal.
Los nazareos eran levantados por Dios mismo a fin de que mediante su manera de vivir mostraran la mas elevada norma de divina de santidad y dedicación en la presencia del pueblo.
Somos llamados a vivir apartados y dedicados para Cristo hoy.
La plena devoción de un Nazareo sirve de ejemplo de lo que debe procurar ser cada seguidor de Cristo.
La abstinencia de cualquier cosa que pudiera inducirlo a uno al pecado, estimular un deseo por cosas perjudiciales, abrir el camino al vicio de la droga o del alcohol, o hacer que un hermano tropiece, es hoy tan necesaria para el creyente como lo fue para el nazareo en la época del Antiguo Testamento.
Los creyentes debemos tener un deseo intenso de agradar a Dios con amor, devoción, adoración y santidad y de ofrecer el cuerpo a su servicio.
Como dijo Pablo en Ro 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”; y en 2 Co 6:17 “por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré”. “Así que pues amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
Oremos