"Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tu cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que esta en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público"
Un buen soldado de Jesucristo. 2ª Ti 2:1-7
Esta es la última epístola del Apóstol Pablo. Se escribió cuando el emperador Nerón trataba de detener la propagación de la fe cristiana en Roma mediante una severa persecución de los creyentes. Pablo volvió a ser prisionero del emperador en Roma. Sufría privaciones como si fuera un delincuente común, abandonado por muchos de sus amigos y consciente que su ministerio había terminado y se acercaba su muerte.
Esfuérzate.
Una de las palabras claves que Pablo le dice a Timoteo iniciando el capitulo 2 es “Esfuérzate”. Pablo sabía que Timoteo necesitaría fortaleza y resistencia para cumplir el llamado que Dios le dio. Esta es una mas de las veces que Pablo anima a Timoteo a ser fuerte y a resistir en su labor en Efeso. Parece que Timoteo era tímido por naturaleza y se desalentaba con facilidad, así que necesitaba que frecuentemente se le dijera, ¡esfuérzate! En la palabra encontramos que Dios siempre está ahí para darnos fuerzas; “el da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas…pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantaran alas como las águilas, correrán, y no se cansaran, caminaran y no se fatigaran (Is 40:29,31) RV60.
No hay nada que pueda hacernos tan fuertes como decir, “soy un hijo de Dios en Cristo Jesus” y tengo el amor y el favor de Dio a pesar de que no lo merezco. Esa es la fuerza que viene por la gracia.
Seamos buenos soldados de Jesucristo.
Timoteo debía tomar la actitud de un soldado que espera sufrir penalidades por su causa. Ningún buen soldado, renuncio simplemente porque le llego sufrimiento. De la misma manera si un creyente no esta dispuesto a soportar penalidades, nunca lograran mucho para Jesucristo. Renunciaran tan pronto se requiera algo difícil de ellos, no pueden cumplir con el llamado de Jesus; “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a si mismo, y tome su cruz y sígame” Mt 16:24 RV60.
Jesucristo es el comandante del ejercito de los cielos y como tal le debemos obediencia total.
Persevera para Dios.
Pablo anima a Timoteo a que persevere con la actitud de un atleta y de un labrador para tener éxito. El soldado que deja de pelear antes que termine la batalla nunca vera la victoria. Un atleta que deja de correr antes de que termine la carrera nunca ganara la carrera. El labrador que deja de trabajar antes de la cosecha este completa nunca vera el fruto de sus cosechas.
Dios es fiel para darnos entendimiento en todas estas cosas, y será fiel para darnos gracia para ser fuertes. Dios da esto y nosotros debemos recibirlo.
Tal como Pablo instruía a Timoteo; esforcémonos, seamos buenos soldados de Jesucristo; debemos perseverar como aquel atleta que termina su carrera o el Labrador que termina su faena viendo el fruto de la cosecha.
Oremos
