“Andando junto al mar de Galilea, vio a Simon y a Andres su hermano, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. Y les dijo Jesus: Venid en pos de mí, y hare que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco mas adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamo; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron”
El llamado a seguir a Jesús
Jesus hace el llamado, la invitación a seguirle a un grupo de pescadores. Les promete que si le siguen los hará pescadores de hombres. Es un desafío a algo nuevo, fresco de parte del Señor. Una invitación a caminar junto al Maestro, a aprender y ver transformadas sus vidas.
Es la diferencia entre la vida y la muerte, la libertad del perdón de nuestros pecados o seguir siendo esclavos, prisioneros del mismo.
¿Acaso responderán al llamado?
La respuesta al llamado de seguir a Jesús
Correspondía a Simon Pedro, Andres, Jacobo y Juan responder al llamado de Jesus a seguirle. Debian tomar una decisión frente a la invitación de seguir a Jesus. Ellos estaban ocupados, trabajando, echando las redes al mar porque eran pescadores, ese era su mundo, su realidad hasta ese momento.
La invitación implicaba un cambio a su rutina, el desconocimiento a lo que iba a pasar mañana; había la promesa de convertirlos en pescadores de hombres. Esto era un desafío, quizás ellos tenían muy poca claridad de lo que esto implicaba y todo lo demás que iba a pasar por tomar la decisión de seguir a Jesus. Esto iba a ser algo totalmente nuevo para ellos.
Su respuesta fue, dejando al instante las redes, le siguieron (Mt 4:20). Aceptaron seguir a Jesús, responder al llamado y ser transformadas sus vidas y cumplir con la gran comisión encomendada por Nuestro Señor Jesucristo. Sus vidas nunca volvieron a ser igual y fueron instrumento para expandir el evangelio con el poder del Espíritu Santo.
Es evidente que tuvieron que ver algo único y singular en Jesús, porque de lo contrario, seguirle habría sido una temeridad y no un acto de fe. Aquí tenemos una evidencia más de la tremenda autoridad de Cristo, y el poder de sus palabras. Su palabra impacta en el corazón de las personas, y les lleva a dejarlo todo, para seguirle, dedicando sus vidas totalmente a su servicio.
Confiaron que Jesús tenía algo mucho mejor para ellos. Ellos dejaron al instante sus redes y le siguieron, alentados por la promesa de su Señor de prepararlos para una tarea muy superior a la honrosa ocupación que ahora tenían. En lugar de pescar peces para servir a la mesa, reclutarían a los hombres para el Reino de Dios.
¿¿Responderás tu al llamado de seguir a Jesús??
Oremos
