Batallando contra el mundo

Pastor José Calame
Pastor José Calame

1Jn.5.1-5.

Introducción

Es vital comprender que hoy batallamos contra el mundo

Escenario. Como ya hemos mencionado, la exhortación del apóstol Juan, se produce en medio de la incertidumbre creada por el engaño de falsas doctrinas, 1Jn.2.26; 3.7; auspiciado por los falsos maestros y profetas, 1Jn.2.22; 4.1; 2.18; 4.3; que salieron de la iglesia, aunque nunca fueron realmente parte de ella, 1Jn.2.18-19.

Esta falsa doctrina, daría lugar en el S.II, al “gnosticismo”, que enseñaba que la salvación se alcanzaba por medio de la iluminación mental, la cual descendía sobre un grupo selecto de iniciados en las cosas espirituales y no sobre cristianos ordinarios, sustituyendo la fe por propósitos intelectuales y colocaban la especulación por encima de los principios básicos del evangelio.

Es importante saber que el objetivo de Juan era por un lado exponer la herejía de los falsos maestros y por otro, confirmar la fe de los verdaderos creyentes, enfatizando tanto la divinidad como la humanidad de Jesús.

Hoy día, nos enfrentamos a una cosmovisión anticristiana, con principios, valores y propósitos diametralmente opuestos a los principios y valores enseñados en las Escrituras. Debemos tener presentes que la enseñanza bíblica está a nuestra disposición hoy y es nuestra responsabilidad y obligación alimentar nuestras vidas con ellas cada día, Dt.8.3.

Entendiendo las Escrituras. Juan muestra que la fe, el amor, la obediencia y la victoria de la vida en Cristo, se relacionan entre sí. La fe nos conduce a una relación de amor con Dios, 1Jn.5.1-2; Jn.3.16; Jn.1.12. Ese amor nos lleva a amar a otros cristianos y a la obediencia de sus mandamientos. En otras palabras, el fruto de la fe, es obediencia a los mandamientos de Dios, y el resultado de obedecer a Dios se manifiesta en el amor por los demás, Jn.14.15. En 1Jn.2.5; el apóstol afirma que aquel que guarda la palabra, se ha perfeccionado el amor de Dios, esto prueba indudablemente nuestra relación con el Dios vivo y la lealtad que profesamos, lo mismo que otra prueba del compañerismo con Dios, es el amor que profesamos entre los creyentes, 1Jn.2.7.

Antes de seguir avanzando, es de suma importancia que leamos 1Jn.5.10-13, debo afirmar con energía hoy…tenemos al Hijo, tenemos vida eterna hoy…Dios no es mentiroso, abracemos esta verdad eterna.

En 1Jn.5.3b, afirma que los mandamientos de Dios no son gravosos, ¿Por qué? Porque los beneficios prácticos de obedecer las leyes de Dios, contribuyen por entero al bienestar humano y a la satisfacción de aquellos que aprenden a aplicarlas en la vida.

Nuestra fe, nos trae victoria sobre el mundo y nos provee de una poderosa arma espiritual, con la que podemos combatir tanto las tentaciones como las persecuciones de una sociedad sin Dios, 1Jn.5.4. Jesús mismo, al final de su ministerio terrenal, dijo a sus discípulos que tendríamos aflicciones en el mundo, pero que confiáramos porque Él lo venció, Jn.16.33.

Batallando contra el mundo. Una característica del “despertar” de esta era postcristiana, es una espiritualidad sin Jesucristo. Hoy día como nunca, se ha puesto de moda: la meditación que puede ser trascendental o no, la reverencia a lo sagrado, aún a lo demoniaco, la reverencia voluntaria u obligatoria a líderes políticos, religiosos, deportivos y la farándula, entre otras expresiones de “espiritualidad”. Esto nos recuerda que somos criaturas y fuimos creados entre otras cosas, para adorar. Tenemos la opción de adorar a Dios o cualquier otra deidad que escojamos. Sólo hay un texto en todo el mundo que puede afirmar la siguiente, la Biblia dice: aquellos que hemos recibido a Jesucristo como Salvador, somos templo del Espíritu Santo de Dios, 1Co.6.19-20; pero también los humanos nos convertimos en el templo de quien se adora, ej. Zombis de fentalino.

Finalmente, ante esta realidad, Juan afirma que existe una lucha contra el sistema del mundo sin Dios, y pregunta ¿Quién lo puede vencer? Responde afirmando que aquel que cree que Jesús es el Hijo de Dios…Aleluya. En otras palabras, sin Jesucristo, somos perdedores.

Esta misma verdad escritural y espiritual la aborda Pablo cuando escribe a los hermanos de Colosas y a los efesios, Col. 1.9-18 y Ef.6.10-18. La realidad de un mundo espiritual, de confrontación contínua de expresiones y manifestaciones que van en contra de los propósitos y la voluntad de Dios, deben ser discernidos por sus hijos con el fin de establecer Su Reino, donde quiera que tengamos la oportunidad dando testimonio de Su poder, gracia y salvación. En otras palabras, encendamos la luz de Cristo que está en nosotros, para que otros puedan ver y ser alcanzados por el amor  y  gracia de Dios.

El Señor nos ha provisto de todas las armas súper potentes a donde echar mano y vencer, porque aquellos hemos creído, somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó, Ro.8.37.

Conclusión. ¿Viviremos una vida de fe, amor y obediencia? Oremos

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

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