“Miren con cuanto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos. Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a Él”
1ª Jn 3:1 Tuit
1ª Jn 3:1
El amor del Padre Celestial
El Apóstol Juan, uno de los 12 apóstoles originales de Jesucristo; quien había visto, oído y en verdad conocía al Maestro; empieza este capítulo 3 estableciendo con cuanto Amor nos ama Nuestro Padre.
Esto es importante resaltarlo porque el amor es el componente fundamental para la vida del ser humano y se puede comparar a la necesidad del agua para la vida en el Planeta Tierra, sin amor morimos. Mas adelante Juan escribe que Dios es Amor. 1ª Jn 4:8.
Una de las grandes revelaciones del Nuevo Testamento es la verdad de que Dios es el Padre celestial y los creyentes somos sus hijos. Ser hijos de Dios es el privilegio más grande de la salvación.
Ser hijos de Dios nos da una nueva identidad en Cristo
Según el diccionario en Google Identidad es el conjunto de rasgos o características de una persona que permite distinguirla de otro en un conjunto. Una sana identidad está íntimamente relacionada al amor, pues tiene que ver con la necesidad de ser amados y aceptados.
Cuando nace un niño, lo que debe pasar es que sea reconocido por su Padre. Le da nombre y apellido, es la forma legal de darle identidad a la nueva criatura. Es la forma de decir por parte del Padre que este hijo es mío y con ello se compromete a amarlo, cuidarlo, mantenerlo, educarlo y guiarlo.
Dios hace lo mismo y más por nosotros cuando en este pasaje nos llama sus hijos, nos está reconociendo como tales y con ello nos da algo tan importante como lo es la identidad. No somos cualquiera, somos hijos del Rey; lavados por la sangre del Cordero Santo, Jesucristo nuestro Salvador.
El acceso a Dios el Padre es por medio de Jesucristo por el Espíritu Santo. Los que creen en Jesucristo tienen la libertad y el derecho de acercarse a su Padre Celestial con la confianza de que se le aceptara, amara y recibirá. Es por Jesus que ahora somos llamados hijos; como dice la palabra “pero ahora en Cristo Jesus, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”. “Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” Ef. 2:13,18.
¡Dice la palabra que hemos recibido el espíritu de adopción por el cual clamamos Abba Padre!; El Espíritu mismo da testimonio a nuestro Espíritu de que somos hijos de Dios” Ro 8:15-16.
Vivir como Hijos de Dios
Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesus vivió. 1 Jn 2:6. Y como Jesus vivió? en obediencia al Padre, en amor, con comunión con el Padre; esa comunión es para nosotros leer la palabra de Dios, orar con fervor, escuchar la predicación y la enseñanza bíblica. Andar sin pecado porque el pecado ya no forma parte de los hijos de Dios y nos mantiene puros, santos, apartados para El.
Para ser hijos de Dios necesitamos recibir a Cristo como nuestro Salvador.
Dice la palabra de Dios “más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Jn 1:12.
Esta es la ocasión para que entres a la familia de Dios a través de Nuestro Señor Jesucristo arrepintiéndote de todo pecado y aceptándolo como su Señor y Salvador.Amen.