“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juro a tus padres, como en este día”
Dt 8:18 RVR 1960 Tuit
Fil 3:17-4:1
¿Cuán importante es para nosotros tener un modelo, una referencia a seguir? A través del tiempo podemos notar que es una necesidad de las personas de seguir a alguien o algo; hoy tenemos en las redes, gente que sigue a otra, por diversos motivos; muchas veces no los mejores ejemplos a seguir.
El Apóstol Pablo escribió a los Filipenses que tomaran su vida como modelo y aprendieran de los que siguen su ejemplo. Es que la relación que Pablo había establecido con nuestro Señor Jesucristo, le había enseñado a madurar espiritualmente de manera que ahora hablaba, actuaba y se comportaba como su maestro. Por eso en 1ª Cor 11:1 nos dice “sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” y en Efesios 5:1 afirma “sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”.
Nosotros no necesitamos seguir a otro que no sea Jesús, estableciendo una relación cercana como la tuvo Pablo; podamos decir a una nueva generación que hagan lo que nosotros hacemos por un testimonio fresco y genuino en Jesús.
Pablo advierte a la iglesia de aquellos que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo. Buscan su propio beneficio y de seguro camino a su propia destrucción. Si había alguien que conocía esas actitudes y formas de comportarse era Pablo, quien tenía todo de que jactarse o sentirse orgulloso como hebreo de hebreos, fariseo y perseguidor de la iglesia. Pero su encuentro con Jesús lo transformo y cambio totalmente su forma de pensar y actuar. Dios puede hacer lo mismo en nosotros hoy. Teniendo puesta nuestra mirada en Jesús; aquel que nos salvó y no en las cosas terrenales.
Por eso el apóstol nos recuerda que nosotros somos ciudadanos del cielo, extranjeros en este mundo; llevando una vida pura e intachable hasta el día que Cristo vuelva. Comportándonos de un modo digno, creciendo en conocimiento y entendimiento, compartiendo las buenas nuevas de Jesús.
Hay un desafío para cada uno de nosotros, ser imitadores de Jesús hoy; para guiar una generación de hombres y mujeres que alaben y exalten al único Dios verdadero; recordando que no somos ciudadanos de este mundo; sino embajadores de Cristo para llevar su amor y buenas noticias a quienes más lo necesitan.
Oremos