Dios, es juez justo

Pastor José Calame
Pastor José Calame

Sal.50.5

Saber que Dios es justo, es vital hoy

Introducción

Dios es grande, misericordioso, fuerte, fiel y un sin número de otros atributos, que lo hacen extraordinariamente excepcional. Una de esos atributos es Su justicia. En Job 5.17, el patriarca se pregunta ¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo? Entendiendo al hombre en toda su fragilidad, limitación e imperfección, a pesar de haber sido creado por un Dios perfecto; sede su posición e identidad, al desobedecer la instrucción divina y se da un quiebre en la relación que sostenía con el Dios justo y santo, que lo creó. Es que la justicia de Dios se relaciona con Su santidad y rectitud; de hecho, cuando nos acercamos a Él, nos relacionamos con todo lo que Él es, por eso, es digno de nuestra adoración.

Uno de los grandes capítulos en la Biblia, que nos habla de Su naturaleza santa y justa, Dt.32.4: “Él es la roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud (juicio justo); Dios de verdad (fidelidad en cumplir promesas), y sin ninguna iniquidad (injusticia en el trato con hombres) en él; Es justo y recto (derecho)”.

El fija leyes justas para regir nuestra relación con Él y unos con otros, el ejemplo por excelencia, los diez mandamientos; los primeros cuatro, norman nuestra adoración y servicio; los siguientes seis, nuestras relaciones con nuestros pares.

Nuestra posición en Cristo

En el Nuevo Testamento, la rectitud y justicia, están relacionadas con la “justificación” que significa el acto de declarar a alguien “recto”.

El apóstol Pablo, desarrolla en Romanos, lo que se considera la más grande exposición de doctrina de toda la Escritura y el tema de la justificación, es una de ellos. Que dice Pablo: Dios es santo y requiere relacionarse con un individuo o pueblo, que también posea/viva, este atributo. En la Ley, se hizo provisión para la purificación a través del sistema de sacrificios con el fin de que el hombre, pudiera relacionarse con Él. Nuestra naturaleza pecaminosa, no nos permite cumplir con todos los preceptos de la Ley que es espiritual y santa, Ro.7.12, 14; por lo que, a través de ella nos quedamos cortos, faltos de alcanzar el objetivo, porque no puede producir santidad en la vida de los que tratan de cumplir ¡La conclusión es que no podemos alcanzar la meta de perfección que Dios exige! Leamos Ro.7.15-25, vemos una poderosa revelación de la realidad que vivimos todos aquellos que deseamos agradar a Dios y redescubrimos el precioso valor de la persona de Jesucristo. ¡Gloria a Dios por Jesucristo!

Veamos que se nos dice en Ro.3.21-26, esta es la declaración de un nuevo basamento para la rectitud, lo cual abre el camino para una nueva relación con el Dios santo, Jn.14.6.

Nuestro Dios, también es misericordioso y clemente, pero no actuará en forma contraria a Su santidad. En Su rectitud proveyó una manera de justificar al pecador (nosotros) mandando a Su amado Hijo a ser, el perfecto sacrificio para el pecado. ¿Cómo se adquiere esta posición de justificación? Mediante la fe en la persona de Jesucristo, Jn.3.18. Es por gracia, un regalo de Dios; no lo merecemos, estamos de acuerdo, pero así es Dios.

Tenemos entonces, una deuda con Dios, Ro.8.12-15; por lo tanto, deberíamos tener vidas total y complemente rendidas ante Su majestad, para no sucumbir ante las asechanzas del diablo, la carne o el mundo.

Este mensaje debe ser compartido con todos aquellos que aún no le conocen, con el fin de que igualmente puedan tener acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, Ro.5.2.

Conclusión

¿Viviremos y compartiremos acerca de la justicia de Dios? Oremos

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

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