EL MOVER DE DIOS…RESPONDIENDO CON FE A LA PALABRA.
Lucas 1:34-38.
Introducción
Entender el mover de Dios, es vital hoy.
Escenario. Al llegar el tiempo de Navidad cuando conmemoramos el nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nos conmovemos y asombramos de las historias asociadas y relacionadas con el hecho. Qué lástima que algunos hoy no celebran este importante hecho, porque creen que están traicionando la fe. Sabemos que Él, no nace en diciembre, sabemos también que esta fiesta de la natividad aparentemente reemplaza una fiesta pagana que se celebraba para esta misma fecha y que la iglesia de entonces hace el reemplazo de manera estratégica para llamar la atención de los creyentes. ¡Lo real es que nace y nosotros debemos celebrar!
Como sabemos, los profetas en particular Isaías, Miqueas y otros, con lujo de detalles profetizaron acerca de eventos específicos sobre el asunto. A pesar de que estaba escrito, no todos esperaban el cumplimiento de las profecías; esto se evidencia con la visita de los magos de oriente que, al llegar a Jerusalén, la ciudad santa, Herodes tuvo que indagar acerca del asunto (Mt.2:1-8). Siendo que Miqueas había ya profetizado del maravilloso acontecimiento (Miq.5:2. El texto bíblico afirma que tanto él, como toda Jerusalén se turbó al oír sobre el nacimiento del rey de los judíos. Dios dará cumplimiento a Sus promesas y el seguirá “moviéndose” aunque el hombre no entienda ni crea en lo que ha dicho.
Algunos cristianos de los últimos tiempos, hemos asociado el mover de Dios a manifestaciones externas y estereotipos específicos, desconociendo por completo las huellas del Señor a través de toda la historia del hombre. Dios en este preciso momento se está moviendo, aunque no lo veamos con nuestros ojos naturales; por lo cual, oro al Señor para que nuestros ojos espirituales sean abiertos para verle actuar.
Sensibles al Mover de Dios. El ejemplo que da María es impresionante. No era líder religiosa, ni ninguna figura de autoridad en la aldea, pero temía al Dios que, de seguro desde niña, había escuchado Sus proezas y manifestaciones de poder a favor del pueblo de Israel. La pregunta lógica de esta adolescente fue: cómo daría a luz, si aún no había tenido intimidad con ningún hombre o en este caso, con José, con quien estaba comprometida. Ante la respuesta del ángel e informarle que su prima, Elisabeth, ya entrada en edad estaba encinta, fue suficiente para creer la palabra. A esto llamo, fe sencilla, sin complicaciones ni discusión.
Llama mi atención que el ángel le dice que el Espíritu Santo vendría sobre ella y haría posible, lo imposible. No es exactamente igual hoy; Dios ha dicho que Su Santo Espíritu vendría y estaría sobre nosotros capacitándonos para hacer en Su nombre cosas que sabemos que son imposibles para el hombre (Hch.1:8).
Ella se estaba moviendo de acuerdo con el mover de Dios. Definitivamente, puso en riesgo su integridad física, ya que pudo haber sido apedreada por adúltera, pero confió en el Señor y Él la sacó adelante (Sal.9:10).
Estoy convencido que en este tiempo hay un mover de Dios, en el cual debemos estar sumergidos, no tengamos temor, veremos Su gloriosa presencia. Su presencia que trae paz y gozo, al ver Sus propósitos cumplidos en nosotros y a través nuestro (Sal.138:8).
Conclusión.
¿Seremos parte del mover de Dios? Oremos.